Un caballo emite señales de manera continua. Por sus expresiones anatómicos o los sonidos que emiten.
El relincho es en concreto entre las señales acústicas mucho más esenciales en un caballo. Gracias a su intensidad, el relincho tiene la posibilidad de tener distintas significados.
Sonidos de caballo: suspiros
Los suspiros de caballo son muy afines a los suspiros humanos: el caballo deja huír de forma lenta una respiración profunda por las fosas nasales, generando un despacio resoplido. Los caballos suspiran en el momento en que pasan de un estado de suave irritación o tensión a un estado mucho más relajado, o en el momento en que están desanimados. Esto puede ocurrir a lo largo de muchas ocupaciones distintas.
Por servirnos de un ejemplo, varios caballos suspiran en el momento en que los acicalan. Esta es una señal de que su caballo se siente relajado con el cepillado y lo mucho más posible es que esté gozando la sensación. Los caballos asimismo suspiran en el momento en que se acomodan para reposar o reposar.
Los caballos olfatean en el momento en que el riesgo está cerca.
En el momento en que un caballo resopla, te informa: “Oye, ten precaución, esta persona puede ser dañina”. El olfateo es una exhalación obligada de aire por la nariz con la boca clausurada. Los sonidos duran cerca de un segundo y tienen un pulso audible desarrollado por las vibraciones de las fosas nasales.
La cabeza acostumbra ir en prominente, de la misma la cola, con todo el cuerpo del caballo exponiendo un estado de enorme excitación y presto a escapar. Un caballo olfateará en el momento en que experimente un enfrentamiento entre la curiosidad y el temor. Ve algo que lúcida su interés, pero lo realiza suponer un tanto.