Es una suerte de serpiente africana que se distingue del resto por su velocidad de ataque. En el caso de riesgo, puede ser realmente violento y horriblemente tóxico. Aun hace aparición múltiples ocasiones en distintos mitos de tribus subsaharianas, en los que se le atribuyen poderes mágicos de destrucción.
Se identifica por una piel de color verde oliva, con una longitud media de prácticamente 2,5 metros. Frecuenta hallarse en las estribaciones sur y este del conjunto de naciones africano y es con la capacidad de arrastrarse a 20 km por hora. Opuestamente a la creencia habitual, esta serpiente consiguió su nombre por la coloración obscura de sus mandíbulas.
Araña del banano (Phoneutria)
Vive en los bananos en Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay. Es veloz, belicoso, grande (ocupa la palma de una mano) y el mucho más venenoso de todo el mundo en su clase. Tras su mordedura, la desaparición en humanos que no son tratados a tiempo se genera entre 2 y 12 horas.
Y acostumbra llevarlo a cabo por asfixia. Un efecto secundario muy interesante es que hace en los hombres erecciones increíblemente dolorosas.
Su nombre viene de la manera que le dan a sus lonas en el momento en que las tejen, pero asimismo son conocidos como araña de Sydney. Aparentemente, el mucho más belicoso es el macho, pero todas y cada una de las mordeduras de este ejemplar se piensan probablemente fatales. Vive en sitios húmedos, bajo viviendas o en jardines. Puede matar a un niño pequeño en 28 minutos ahora un adulto hasta 3 días tras la inoculación.
Avispa marina (medusa)
La avispa marina, avispa marina o cubozoa tienen una característica forma cúbica de la que medran sus tentáculos fatales. Viven en las aguas de Filipinas, el Sudeste Asiático y Australia y se nutren de pequeños peces y crustáceos.