Deja a su novia en la escuela. Sabe que se ha resistido a proceder a la escuela desde el momento en que comenzó la escuela. Todavía se está habituando a las noticias del jardín de niñez. Pero el día de hoy, su hija comunmente educada se regresa desquiciada, llora, chilla, cae al suelo y se niega a levantarse. Ella prosigue repitiendo que desea irse a casa y le suplica que no la deje. En este momento andas parado con esa pequeña que chilla, en el pasillo lleno de alumnos, mamás y papás, y todos y cada uno de los consejos sobre de qué forma despedirte de tus hijos en la escuela van a ser inútiles. ¿¡¿Qué tenemos la posibilidad de realizar?!?
Primero, respira hondo. Entonces prosiga estos pasos:
Aborde inconvenientes mucho más profundos
Si su hijo prosigue resistiéndose a las ganas de proceder a la escuela y está tan molesto que no puede dejar de plañir o exhibe signos de ansiedad, tiene pesadillas, temor a quedarse solo… Conque asiste a tu médico a fin de que te derive a un terapeuta experto en ansiedad infantil. Asimismo deberá conocer la escuela para poder ver si algo pasa que hace que su hijo se lastime emotivamente.
Algo anda mal
“Es muy normal que los pequeños sientan algo de ansiedad al comienzo, más que nada los que van a primero de principal o los que cambiaron de instituto. Si pasó el periodo de adaptación y de súbito, sin razón aparente, se niega a proceder a la escuela, se protesta de problemas, tiene náuseas, humedece la cama, tiene pataletas o pesadillas, hay que estar atento”, es la consejo de Rosa Delmy Alvayero, directiva de servicios clínicos de la Facultad de Maryland.
El insomnio, la carencia de apetito, la irritabilidad, el llanto simple o la hiperactividad son signos que acostumbran a manifestarse en los pequeños angustiados. En los preadolescentes, habitualmente, el daño físico se genera con cortes. Es una manera de sobrellevar el mal, pero en ocasiones se transforma en tendencias y retos entre pequeños y pequeñas.
Comunícate con tu hijo
Charla abiertamente con tu hijo para asistirlo a solucionar sus inconvenientes institucionales. Es vital que se sienta cómodo contigo a fin de que logre charlar mucho más abierta y apaciblemente sobre lo que le pasa. Al charlar, use un tono despacio y relajado, aun si se enfurece. Escuche atenta y activamente.
Si notas que a tu hijo le cuesta salir de casa y conocer otros sitios, es posible que el inconveniente no sea del instituto sino más bien de él. Si no desea proceder a la escuela y llora por quedarse con su abuela, entonces quizás su hijo sea un niño ansioso y miedoso. Utilice ciertas tácticas para transformarlo en un niño confiado.
¿De qué debemos charlar con ellos para sosegarlos y motivarlos?
- Por norma general, se aconseja de forma encarecida procurar siempre y en todo momento sostener una aceptable comunicación con el niño.
- Mira su accionar, en tanto que si son pequeñísimos les va a ser realmente difícil expresar lo que sienten.
- Discutir con los instructores para comprender su impresión, de qué manera se comporta el niño en el instituto y qué género de relación tiene con sus compañeros. Ellos son los que tienen la posibilidad de ofrecer la pista clave de lo que te pasa.
- Asimismo puedes soliciar charlar con el servicio psicopedagógico para descartar adversidades de estudio que afecten a la autovaloración del niño.
- Meditar en una situación familiar inusual que cambia su accionar y le genera una angustia que no puede expresar de otro modo.
- Es primordial detallar una rutina día tras día que te brinde seguridad y te deje ajustarte mejor a las novedosas ocasiones. Asimismo asiste para promover la autonomía desde una edad temprana a fin de que se sientan poco a poco más seguros.
- Trata de explicarle al niño la relevancia de la escuela y muéstrale una actitud efectiva hacia ella.
- Si es requisito, hay que buscar asistencia técnica para orientar a los progenitores y asimismo al niño caso de que no se sienta seguro o tenga baja autovaloración y la negativa a ir al instituto no desaparezca en un tiempo razonable .
Primeramente, hay que comprender que esta situación que vive el niño es algo temporal y que no dejará huellas negativas, en tanto que el niño entra en un nuevo contexto que para él va a ser muy gratificante en todos y cada uno de los puntos.