Un hombre prominente, guapo y extraño se me acerca en el bar. Por un instante fugaz, me hago una pregunta si este podría ser “el Hombre”. Entonces abre la boca y afirma: “No voy a ser Fred Flintstone, pero indudablemente puedo hacerte atravesar la piedra”. Esto me deja aterrorizado y sendero en dirección opuesta. Tan triste como fue la entrada del Sr. Picapiedra, me logró meditar en todos y cada uno de los óbices que los humanos deben atravesar para localizar una pareja romántica. Puedes conseguir cientos y cientos de libros escritos por artistas del pick-up, con las mejores líneas para comenzar un diálogo y las apuestas mucho más seguras para no finalizar la noche solo, pero me hago una pregunta qué debe decir la ciencia sobre esto.
Intentando encontrar un tanto, hallé muchas indagaciones recientes sobre la atracción de género. Desde el instante en que Hables Darwin expuso su teoría de la selección sexual, los biólogos estuvieron maravillados por la manera en que los animales compiten por aparearse. La cola del pavo real es quizás el ejemplo mucho más popular de esta pelea evolutiva. Si bien tal exhibición no asiste para que un ave individual subsista, su prodigioso plumaje recomienda que su dueño está en buena forma física, lo que lo realiza mucho más atrayente para las hembras.
Lamentablemente, la Unión En todo el mundo para la Conservación de la Naturaleza cree que estos faisanes están Prácticamente Conminados en su hábitat natural de la Península Malaya.
Los delfines nariz de botella asimismo mejoran su encanto al conformar “coaliciones cooperativas”, afirma Quincy Gibson, biólogo de la Facultad del Norte de Florida, en un e-mail.
Los machos nadan y rompen la área del agua de una forma “enormemente acompasada”, aun saltando en lo que podría ser un esfuerzo por impresionar a las hembras.