Los humanos tienen la posibilidad de ser la clase mucho más evolucionada del mundo y dominarla en concepto de población y explotación de los elementos naturales, pero no todos nuestros cuerpos se han creado al mismo nivel que nuestros cerebros. Nuestro sentido del oído no puede equipararse con el que la pasan bien otros integrantes del reino animal, quienes, pese a carecer de nuestra aptitud mental, dependen de otros elementos para subsistir.
- Búho. Es el rey de los pájaros en lo que se refiere a la audición, merced a sus orificios verticales en las orejas, que le dejan hallar la situación de los sonidos.
- Bat. No precisan el sentido de la visión, por el hecho de que tiene el más destacable sistema de radar del mundo: emiten sonidos que chocan con el ambiente y devuelven ondas que, interpretadas por el sistema inquieto del animal, crean un mapa de su ámbito.
- Delfín. Merced a un sistema afín al de los murceguillos, los delfines tiene un medio de ubicación llamado ecolocalización, consistente en producir chillidos que rebotan en su mandíbula inferior. Podría decirse que ven sonidos.
- Elefante. Su sentido del oído les deja percibir frecuencias 20 ocasiones mucho más bajas que las que tienen la posibilidad de percibir los humanos.
- Mariposa. Las razones por las cuales la polilla tiene un oído tan creado aún no se conocen, pero la hipótesis mucho más posible es que subsista contra su depredador mucho más mortífero: el murciélago.
- Cat.
Tiene 30 músculos distintas en sus orejas, que le dejan girar hasta 180º. Oye frecuencias considerablemente más bajas que el perro. - Paloma. Merced a su sentido del oído, una paloma es con la capacidad de entender que va a haber una tormenta bastante antes que la mayor parte de los animales.
Un sonido en el consultorio del dentista
El ultrasonido asimismo es familiar en la salón de maternidad y en el consultorio del dentista. El sonido a una continuidad suficientemente alta se puede emplear para imágenes médicas y como procedimiento de limpieza. No obstante, este ultrasonido difiere relevantemente del que utilizan los animales.
Los animales que generan los sonidos mucho más fuertes alcanzan en torno a cien-200 kilohercios, al paso que las imágenes médicas necesitan frecuencias superiores a un megahercio. Generar tal sonido requeriría mucho más energía de la que cualquier animal tendría a su predisposición.
Murceguillos
Estos pequeños mamíferos voladores, que normalmente viven a la noche, tienen un sistema de sonar biológico llamado ecolocalización. Esto les deja desplazarse en la obscuridad y apresar presas o hallar fuentes de alimento en la naturaleza. Su nivel de continuidad ronda los 212 kilohercios.
Exactamente la misma los murceguillos, los delfines usan la ecolocalización: lanzan un sonido en el agua y aguardan a agarrar el eco para entender dónde se encuentran, sus probables presas y los datos del ambiente que les circunda. Su rango de continuidad es de 75 a 150 kilohercios.