La escuela es un espacio fundamental en la vida de los pequeños, allí pasan una gran parte de su día y de su historia, y si bien la vivienda y la escuela son espacios distintas para el niño, 2 sitios tienen que tener un mismo propósito: la educación de los inferiores.
Los dos tienen funcionalidades distintas, pero tienen que trabajar de la mano para poder sus propósitos recurrentes. En la escuela se dirige y fortalece el desarrollo de estudio; pero para eso es esencial que el niño tenga una seguridad familiar donde va a aprender valores y se forjará su accionar.
Comparta su situación
Si aún no lo hizo, comparta su situación de hoy con los profesores de su hijo o el punto de contacto designado en la escuela. Por servirnos de un ejemplo, asegúrese de que sepan si tiene o no ingreso a Internet o si su hijo no puede formar parte en la educación recóndito. Trabaje con el profesor y la escuela de su hijo para seleccionar la manera de comunicación que ande mejor para su familia. Si tiene adversidades para estar comunicado en inglés, considere estar comunicado con los docentes políglotas de la escuela de su hijo, quienes tienen la posibilidad de asistirlo con la traducción. Asimismo puede entrar en contacto a un individuo de seguridad que logre asistirlo a hacer llegar las pretensiones de su familia y su hijo a la escuela. Considere emplear una app de traducción, como Talking Points, para contribuir a su familia a estar comunicado.
Las academias están cerradas, pero eso no quiere decir que la comunicación deba detenerse. Asegúrese de estar comunicado de manera regular con el profesor de su hijo. Comparta con él de qué forma su hijo está conduciendo la transición al estudio recóndito. Asegúrese de llevar a cabo cuestiones y comunicar sus intranquilidades con el profesor. Puede contactarlo por medio de un correo informal, una llamada telefónica o quizás un corto chat FaceTime o Zoom. Comparta su forma preferida de comunicación y los horarios libres con el profesor de su hijo. Prosiga comunicándose sobre “de qué forma están andando las cosas” en la vivienda y de qué manera planear el regreso de su hijo a la escuela.
Retos de participación de los progenitores
Entre los mayores retos en este asunto es que los progenitores hallen tiempo para ayudar a los acontecimientos institucionales de sus hijos, especialmente en la situacion de familias de bajos elementos. , que de forma frecuente trabajan muchas horas o aun 2 o tres trabajos distintas. Es un enorme reto para el enseñante en tanto que los progenitores aguardan que a sus hijos les vaya bien en la escuela, pero los estudiantes no reciben ningún género de acompañamiento en el hogar.
Asimismo es bien difícil detallar un vínculo seguro entre las academias y los hogares a fin de que permanezca un ambiente seguro para todos y cada uno de los progenitores, con independencia de su nivel social y económico. En el momento en que hay situaciones en que los progenitores no tienen idea leer ni redactar o su lengua materna no es la predominante en el lugar, es bien difícil que el familiar se sienta cómodo para ayudar a conversas o acontecimientos institucionales puesto que puede sentirse intimidado. Es por ello que las instituciones educativas tienen que doblar sus sacrificios a fin de que se sientan bienvenidos y admitidos.